jueves, 13 de mayo de 2010

no mas!!

Era una tarde lluviosa de abril, llevaba todo el domingo lloviendo sin cesar.  Era como aquella vez en la que Matilde apenas  tenía unos seis años y su madre la llevo de paseo por Aviles. De repente se levanto una tormenta y tuvieron que resguardarse en un café durante horas. Ella se había acurrucado en el regazo de su madre esperando a que la tormenta finalizase. 
El miedo que Matilde sentía de pequeña por los truenos provenía de las historias que contaba un compañero de clase. Este le había relatado historias sobre dioses y sobre cosas terribles que llegaban a hacer. Le había dicho que cuando se enfadaban lanzaban rayos y truenos  para castigar a la gente que no les habían contentado.
Pero Matilde esta vez no sentía miedo, no podía sentir miedo. No, porque lo sucedido estas navidades la había cambiado. Para siempre. Ya nada volvería a ser cómo lo había sido hasta ahora.


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